Una extraña noche

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Strange

Habrá sido un milagro si, al cabo de una espléndida noche, no volcaste ninguna pinta, incluso después de un par tomadas. Ni tampoco trastabillaste con nadie, obviando la penosa experiencia de tropezar en público. Y definitivamente eso sí era un público. Intrépidos y hábiles fueron los empleados para depositar cada plato en su lugar sin dificultad alguna, y valientes fueron los que decidieron atravesar el tumulto para ir por otra cerveza, sin saber si iban a volver a encontrarse con los suyos. Si la cámara se aleja, y realiza un plano más amplio, entenderán el porqué: al aniversario de la cervecería Strange, en Delgado 658, Colegiales, asistió una marea de gente.

La primera noche de septiembre reunió a todos los amantes de esta gran cervecería para festejar su primer aniversario con las puertas abiertas. Dos fotos, tomadas con dos o tres horas de diferencia, no acusan discrepancia: siempre estuvo a pleno. Más de trescientas personas en horario pico, más otros centenares que transcurrieron durante toda la jornada, disfrutaron de unas de las mejores birras del país con un menú hecho exclusivamente para esa fecha. Lo que se destacó fue el sándwich de bondiola asada acompañada con nachos picantes que eran una delicia.

No solo el sabor de la cerveza incita a pedir más, sino también los nombres de cada tipo: la “Tinta China” (Imperial Stout), la “Brillo” (Pils), la “Casi Maduro” (Catarina Sour, con maracuyá), la “Falsa Escasez” (NEIPA), la “Cortado, por favor” (Desayuno Stout, con café y cacao), la “Citra a ciegas” (NEIPA con sólo lúpulos citra), o la “Simón” (Saison) cautivaban a cualquiera.

Y uno de sus dueños nos contó cómo se preparó Strange para el festejo: «El aniversario lo preparamos pensando en un lindo concepto, algo distinto para los que vienen siempre: una propuesta de comida diferente, y pinchamos una de las primeras cervezas especiales, de fermentación mixta, del programa de barricas, de la que estamos muy orgullosos», dice “Tor”, el vikingo birrero. Hace ya un año que el joven noruego emprendió este proyecto con un grupo de amigos con los que se conoció en Estados Unidos, y los resultados han sido más que satisfactorios: «El análisis está sumamente por encima de nuestras expectativas. Estamos muy contentos con la respuesta de la gente y muy felices de ver personas volver toda la semana para probar nuestra birra», cuenta.

A pasos de la Avenida Federico Lacroze, Strange celebró en su ambiente único: la barra, debajo de la mesada, está tapiada con libros apilados, como ladrillos, y el DJ ambientó la noche con música electrónica, rock nacional, y clásicos de los ’80, que fueron reproducidos en vinilo. Lejos de la barra uno puede ubicarse en los distintos ambientes. Sea en las mesas de la entrada, la barra que da a una parte de la fábrica o en los bancos y barriles de la vereda. Strange, al fin y al cabo, es un lugar especializado para hacerte sentir en casa. «Se formó una linda familia, y estamos motivados para seguir mejorando. Tenemos poca experiencia, pero mucho amor y alma. Sabemos que el consumidor no es boludo, que quiere cosas distintas, y estamos super contentos de que nos acompañen en este viaje», cerró Tor.

Por Franco Mazzitelli

Video: Agustín Rodríguez

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