Además de ser un auténtico “Perro de la Calle”, Harry Salvarrey es psicólogo y sommelier experto cervecero. Hace más de trece años que trabaja en la radio Metro 95.1 aportando su experiencia y conocimiento desarrollado durante todo este tiempo en el maravilloso mundo de la birra. El co-conductor de uno de los programas radiales más populares del país es, sin dudas, uno de los principales referentes a la hora de difundir todo lo que esté relacionado con la cerveza.

¿Cómo nació tu pasión por la cerveza?

Desde que empecé a tomar alcohol. Por una cuestión de que uno la va asociando con momentos. Cuando empezás a tomar, capaz no te gusta tanto, pero, cuando entra en la costumbre, lo asociás a ciertos momentos y te termina gustando, te vas haciendo amigo del sabor. Un día, probás una birra distinta y entendés que el universo es mucho más grande de lo que uno creía. Eso me pasó en El Bolsón cuando tomé una Araucana sin saber sabía bien qué era y, ahí, empecé a probar otras. Me gustó y dije “quiero saber más de esto».

Teniendo tus conocimientos como psicólogo, ¿qué rol social pensás que juega la cerveza?

No sé si tiene un significado distinto al resto de las bebidas alcohólicas. Lo que sí creo es que es más universal, conserva algo de la calle y tiene que ver con la cultura del lugar: La cerveza encaja perfecto en nosotros, por cómo nos gusta compartir y pasar momentos colectivos. Es común invitar a alguien a “tomar una birra”, aunque al final no la tomes. El título es lo que importa, la cerveza se hizo dueña de la experiencia de compartir y de la amistad.

¿Hay una cerveza inolvidable en tu vida?

Sí, la tomé en un bar en Amberes, Bélgica. Se llama “Kulminator” y tiene una carta de cervezas de muchas épocas. Algunas se bancan mejor el tiempo que otras, pero ellos saben cómo tenerlas. Allí tomé una Chimay azul de 1991 que es un espectáculo. Será una cerveza inolvidable porque fue la primera vez que tomaba una birra tan vieja y con tanto tiempo de guardado. También es irrepetible porque no sé cuántas más de esas hay en el mundo. Probablemente cuando regrese, ya no queden más.

¿Cómo hacen para conservarlas tanto?

Se conservan en barricas con las levaduras salvajes y las bacterias del ambiente. Después, blendean esos barriles con otros más jóvenes: cervezas de tres, dos y un año, de acuerdo a como vaya saliendo cada barril. Lo hacen así porque no tienen tanto control sobre el producto. Depende mucho de la química y de la biología de lo que pasa ahí adentro. Incluso, está lleno de telarañas, porque conservan a las arañas para controlar a los insectos que se acercan durante el verano. La fermentación, la fruta y todas las cosas que tienen ahí, atraen muchos bichos y ellos, como no usan insecticida porque todo lo que utilizan es orgánico, las cuidan.

Más allá de estas cervezas, ¿Cuáles otras birras o combinaciones raras probaste?

En Bélgica tomé una birra con remolacha, Prearis Rode Biet Tarwebier, que la hace un pibe que hace todas cosas muy finas y delicadas. Después la gente de Los Bichos Mandan me introdujo en las birras ácidas, que yo ni sabía que existían. Siempre me había quedado la curiosidad y acá no se conseguían, había que viajar. Con el tiempo pude probarlas y son maravillosas.

¿Cómo ves el “boom” de la cerveza artesanal y de la gente que quiere hacer cerveza por su cuenta?

La Argentina tiene un espíritu emprendedor muy grande y banco a cualquiera que inicie su negocio, pero, recomiendo que antes de meterse en un emprendimiento, se informen muy bien y estudien no sólo los métodos de producción, sino también, hablen con los productores cerveceros acerca de las dificultades. No hay que vender lo primero que se hace; hay que vender lo bueno, y si uno no está calificado para determinar qué es bueno y qué no, tiene que pedir ayuda.

¿Cómo ves a la Argentina en cuanto a estándares de calidad respecto a otros países?

Estamos a un nivel muy alto en cuanto a Latinoamérica. Está muy bien, pero lo que tiene es que mucha gente no está a la altura. Si de a poco el mercado va filtrando y va logrando que los que no están a la altura suban o se vayan, vamos a estar mucho mejor.

¿Cómo seguirá la columna “Birras de la Calle”?

Va a estar todo lo que haga falta. Hay mucho material porque es enorme la oferta y el mercado está vivo y creciendo. Está bueno que haya información, comunicación y un espacio para intercambiar datos para una bebida tan popular.

Por Alejandro Tellería y Fernando Abilleira

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here