A tres cuadras de plaza Serrano, sobre la calle José Antonio Cabrera al 5187, en el barrio porteño de Palermo, se encuentra Lo de Cholo, una cervecería artesanal donde sus dueños aseguran que los clientes “conocen nuestros nombres sin tener el cartelito”. El bar se inauguró hace 2 años con el nombre del abuelo de los dueños y empezaron solo sirviendo cerveza. Actualmente, tienen 6 canillas y un variado menú para comer o para picar algo.

Desde sus inicios, los dueños buscan lograr un ambiente diferente a las grandes cervecerías de la zona. Ellos pretenden que los clientes sepan quien los atiende y sin duda lo lograron. En la actualidad tienen, por lo menos, veinte clientes habituales que frecuentan el bar al menos tres veces por semana y se saben todo sobre cada uno de ellos.

En el interior, el lugar es bastante reducido. En la vereda se encuentra la mayor cantidad de espacio para poder comer algo. Varias mesas y sillas se ubican cerca del cordón junto a un banco de plaza en el que “se sientan todos”, según uno de los dueños. Dentro del salón, hay lugar para unas pocas mesitas y las banquetas de la barra.

Las luces que levemente iluminan la barra y las mesas, junto con el rock nacional que suena en sus parlantes, dan al lugar un estilo bien diferencial donde uno se puede sentar tranquilo a tomar una birra. Además, en las paredes hay cuadros de pintores que otorgan un toque artístico al bar.

La carta ofrece un menú variado con opciones, incluso, vegetarianas. Para comer se puede pedir empanadas, cazuelas o pizzetas, y para picar Lo de Cholo ofrece los clásicos nachos con salsa de queso cheddar o un chipá brasileño sin aditivos y libre de gluten.

Lo más destacado del menú son los panchos alemanes o los vegetarianos hechos de tofu, que se pueden pedir en cuatro variedades. El más solicitado es el “K.O técnico”, el cual acompaña a la salchicha, de carne o vegetariana, con cheddar, salsa criolla y papas pay.

En su amplia pizarra cervecera, hecha con dibujos de tiza, están expuestas una Scottish y una Altbier de Birrenpol, una IPA de Triskell, una APA de Gante, una Pale Ale de Kuruf y por último una Imperial Stout (muy recomendable) hecha por uno de los dueños del bar. Las pintas tienen un precio de entre $85 y de $55 (Happy hour). A su vez, hacen recargas en growler a un precio de $210 y el refill por $110 el litro. También se venden porrones de cervecerías grandes, como Antares o Peñón del Águila. Si sos celíaco y también querés tomar una cerveza, se venden cervezas sin T.A.C.C.

Si tenés algún amigo o amiga que no le guste la cerveza, pero igualmente van a Lo de Cholo, tienen varias opciones para no dejar afuera a los que no disfrutan esta bebida. La carta de tragos ofrece Campari, Fernet, Cuba libre, vodka con Red Bull, Jagger con Red Bull, Gin tonic, vodka con naranja o una copa de vino que puede ser blanco o tinto. Y para esos “sanos” que no consumen alcohol tenemos agua y gaseosas de la línea coca cola.

En resumen, Lo de Cholo es un muy buen bar para relajarse después de una jornada extenuante en el trabajo, cortar la semana o para una cita informal. Un lugar distinto donde la cofradía y la interacción con los dueños es constante para garantizar que los clientes se sientan como en su casa.

Por Agustín Rodríguez

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